Alatriste. Pena de cine español. Pena de subvenciones, pena de triunfalismo.
La película falla por todas partes: No hay un guión sino una sucesión de escenas inconexas. No hay acción, por tanto, sino mucho ruido y una reiterativa confusión de peleas y batallitas. No hay dirección de actores: cada uno tira por su lado y hace lo que puede. Los personajes aparecen y desaparecen sin llegar a interesarnos (no da tiempo, sabemos tan poco de ellos...). No hay humor, no hay ironía –y eso que se supone que el señor Quevedo era un tipo muy divertido y que todo sucede en la época dorada de la picaresca. Y no hay espectáculo: Pretender recrear la batalla de Rocroi con 47 extras y algún amiguete es patético.
Lo que si hay es mucho nacionalismo rancio disfrazado de progresía. Hay un confuso intento de revisión crítica de la Historia: Así, se nos dice que el rey es malísimo porque no se pone al mando de los ejércitos y se dedica más bien al coleccionismo de arte y a la caza mayor. Pues vaya pecado. Gracias al pobre Felipe IV y a su amor por la pintura tenemos lo que tenemos en el museo del Prado. Por otra parte, parece ser que el Tesoro Público dedica a la construcción del Buen Retiro un dinero que sería vital para el pago de la soldada de los tercios. Horroroso, pero si lo juzgamos en términos económicos contemporáneos, resulta que ese gasto en palacios y oropeles regios financia y promueve las artesanías e industrias nacionales, reduce el paro y eleva el nivel general de vida en el interior del país, mientras que los doblones del ejército van a parar en gran parte a mercenarios extranjeros y se gastan en Flandes, Alemania o Italia. Eso si, están bien empleados en la gloriosa actividad de exterminar protestantes.
Aparte de esos intentos de crítica, ¿qué nos queda?. Pues la unidad de los hombres y las tierras de España (que diría el Invicto Caudillo) en lucha contra el Hereje. Mucho “coño” y “joder” pronunciados con la rica variedad de nuestros acentos regionales. Exaltación del valor testicular por encima de la inteligencia. Millán Astray mejor que Unamuno. “Raza” mejor que “Paths of Glory”.
La película falla por todas partes: No hay un guión sino una sucesión de escenas inconexas. No hay acción, por tanto, sino mucho ruido y una reiterativa confusión de peleas y batallitas. No hay dirección de actores: cada uno tira por su lado y hace lo que puede. Los personajes aparecen y desaparecen sin llegar a interesarnos (no da tiempo, sabemos tan poco de ellos...). No hay humor, no hay ironía –y eso que se supone que el señor Quevedo era un tipo muy divertido y que todo sucede en la época dorada de la picaresca. Y no hay espectáculo: Pretender recrear la batalla de Rocroi con 47 extras y algún amiguete es patético.
Lo que si hay es mucho nacionalismo rancio disfrazado de progresía. Hay un confuso intento de revisión crítica de la Historia: Así, se nos dice que el rey es malísimo porque no se pone al mando de los ejércitos y se dedica más bien al coleccionismo de arte y a la caza mayor. Pues vaya pecado. Gracias al pobre Felipe IV y a su amor por la pintura tenemos lo que tenemos en el museo del Prado. Por otra parte, parece ser que el Tesoro Público dedica a la construcción del Buen Retiro un dinero que sería vital para el pago de la soldada de los tercios. Horroroso, pero si lo juzgamos en términos económicos contemporáneos, resulta que ese gasto en palacios y oropeles regios financia y promueve las artesanías e industrias nacionales, reduce el paro y eleva el nivel general de vida en el interior del país, mientras que los doblones del ejército van a parar en gran parte a mercenarios extranjeros y se gastan en Flandes, Alemania o Italia. Eso si, están bien empleados en la gloriosa actividad de exterminar protestantes.
Aparte de esos intentos de crítica, ¿qué nos queda?. Pues la unidad de los hombres y las tierras de España (que diría el Invicto Caudillo) en lucha contra el Hereje. Mucho “coño” y “joder” pronunciados con la rica variedad de nuestros acentos regionales. Exaltación del valor testicular por encima de la inteligencia. Millán Astray mejor que Unamuno. “Raza” mejor que “Paths of Glory”.
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