11 octubre 2005

Mis casas: 3/4



Siempre había pensado que al independizarme viviría en un "pisito de soltero" (una perpetua orgía de sexo, drogas y rocanrol). Pero no: Hasta que conocí a Alfonso (1995) no tuve el valor para dar el paso de abandonar la casa paterna. Y entonces lo hice para vivir en pareja, con todo lo bueno y malo que eso conlleva. Alfonso dice que fue feliz en nuestra primera casa de la calle del Pez. Yo también, pero al mismo tiempo me sentía agobiado. 40 metros cuadrados para dos personas muy grandes y muy distintas, en un primero interior con vistas al cuarto de baño del vecino. Cuando murió mi padre y vendimos el piso de la Estrella, tuve la oportunidad de comprar una casa mejor.

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