La navidad me deja exhausto. Cada año me sucede los mismo: Atiborrado de dulces, añoranzas y buenos sentimientos, me deslizo suavemente en una profunda depresión que me lleva a odiar a mis semejantes. No es nada, se me pasa pronto, pero me quedo autista durante una temporada.
Sin palabras. Como las viejas películas de Buster Keaton, que me he dedicado a remirar durante estos días. Toda la emoción de un rostro inexpresivo. El rostro de un perdedor que se ríe del mundo.
Lo de la bomba en la T4. Me impresionó mucho. Los vuelos de la compañía aérea en la que trabaja Alfonso salen de esa terminal y he aparcado decenas de veces allí. Éso y el final de una esperanza en la que empezaba apenas a creer. Y la actitud del PP ante los acontecimientos ha sido baja, rastrera, mezquina, ruin. Buitres. Lo peor.
Vivimos en un mundo cruel, donde triunfan sólo los más fuertes, los poderosos, los insensibles al dolor ajeno.
3 comentarios:
Ha sido un final de año duro. La actitud del pp es de escándalo, y no parece que vayamos a tener un año mejor.
lo peor es que la esperanza que habíamos puesto se ha ido a la mierda.
la actitud del pp es increíble: parecía que se estuvieran frotando las manos con todo lo ocurrido.
un abrazo.
Sí, es extraña esa metamorfosis a la que nos aboca la navidad, esa transfiguración de la esperanza en desidia, de buen sentimiento en casi malo... Ánimo, ya termino y en seguida se vuelve a la feliz normalidad (la física y la mental...)
Y besos de feliz año.
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