16 febrero 2007

Pelotas

Resumen de la historia: John Amaechi, jugador profesional de baloncesto con una brillante carrera en la NBA y en equipos europeos, reconoce públicamente que es homosexual. Todo el mundo se alegra muchísimo, somos todos muy modernos y aquí no ha pasado nada. Pero héteme aquí que entonces aparece otro jugador, Tim Hardaway, y hace unas declaraciones explosivas: Odia a los homosexuales y sería incapaz de compartir el vestuario con un gay. Gran escandalera en los media y rectificación de Tim, que acaba pidiendo perdón tras ser excluído por la organización de la liga americana de la fiestuqui a celebrar en Las Vegas este finde.

Lo mejor: La reacción de Amaechi, que ha agradecido la “honestidad” y “sinceridad” de Hardaway: “Finalmente, alguien ha sido honesto. Es ridículo, absurdo y todos los adjetivos que le queramos poner a lo que dijo Hardaway, pero tiene el valor de haber sido honesto. Además, ilustra mucho mejor el problema que cualquier lenguaje diplomático y sin convencimiento que utilizan otras personas”.

Todo ésto me da que pensar. ¿Es correcto lo políticamente correcto?. ¿Es mejor a veces un mensaje claro, aunque sea de rechazo? Un obispo reaccionario o un psicoterapeuta psicópata lanzan sus diatribas y provocan un debate social que puede aclarar las cosas. Algunos ilustres liberales, por el contrario, se barnizan de una pretendida tolerancia para poner a continuación medios públicos de comunicación al servicio de sus privadísimos intereses.

La foto es la del patio del instituto donde estudié, el Ramiro de Maeztu, famoso por su equipo de baloncesto.

12 comentarios:

El Castor dijo...

Sí, pero más que la simpleza de ese Hardaway a mí me ha llamado más la atención la firmeza de la dirección de la NBA en rechazar y sancionar comentarios homófobos. Quizá eso sea lo más positivo de toda esa historia porque podían muy bien haberse abstenido. Un saludo.

Alfredo dijo...

El problema es precisamente -es lo que señala Amaechi- la hipocresía de condenar públicamente a Hardaway ante los medios, al tiempo que se le dá la razón privadamente en los vestuarios.
Están bien las declaraciones públicas bienintencionadas, pero es en los vestuarios donde tiene que cambiar la mentalidad.

Anónimo dijo...

Hola, si me permites que te de mi opinión, éste es un asunto que puede verse con dos enfoques, y los dos son opuestos y correctos, así que no sé.
enfoque 1- Las manifestaciones directas de homofobia sirven para tener un conocimiento real de la situación, y poder actuar más eficazmente en su prevención.
enfoque 2- Las manifestaciones directas de odio (especialmente hechas por un ídolo del deporte) alimentan y acrecentan la homofobia en personas inluenciables.
Que cada cual se quede con la que más le guste. Un saludo!

Alfredo dijo...

Hola, Alber, bienvenido y gracias por tu comentario. También es verdad, tu enfoque nº 2 es muy acertado y yo no lo había tenido en cuenta.

senses and nonsenses dijo...

uy, el ramiro de maeztu no es el colegio que salía en 'la ley del deseo'...?
todo esto me hace pensar que en el mundo del deporte, tb de la política, la "armarización" (permíteme la expresión) y la homofobia siguen muy vigentes.

un abrazo

manuel_h dijo...

estoy más de acuerdo con el segundo enfoque de alber: este tipo de manifestaciones homófobas no aclaran nada que no se sepa, y tienen un efecto perverso en, por ejemplo, niños que admiren a ese jugador de baloncesto.

Alfredo dijo...

Precisamente, Senses, y la iglesia que sale en la película es la del Espíritu Santo, que está dentro del recinto escolar y da a la calle de Serrano (se puede ver un poco la torre redonda al fondo de la foto). Imagínate mi emoción cuando supe que Carmen Maura había sido mi compañero de clase.

De acuerdo, Manuel, me habéis convencido. En realidad yo me planteaba el tema sin estar muy seguro de la solución.

Argo dijo...

Hay que condenar las manifestaciones homofóbicas para que cunda el ejemplo y quede claro que la homofobia está mal. Pero estoy plenamente de acuerdo en que también es homofóbico el discurso de "vale que se junten pero que no se le llame matrimonio" y en este caso lo políticamente correcto tapa la homofobia subyacente. Quizá es menos grave que el primer caso pero no deja de ser homofobia.

Alfredo dijo...

No deja de ser, Argo. Y es un tipo de homofobia que me repele especialmente porque se disfraza de "tolerancia". Y yo no quiero tolerancia, quiero que se respeten mis derechos.

Enrique Fidel dijo...

Hola. Veo que te ha marcado notablemente tu estancia en el Ramiro. Yo también pasé allí doce añazos de mi mocedad. Hace poco pasé por ahí y viendo las aulas de 1º, las que tienen los patios con el madroño, el olivo y la encina, recordé los primeros años de E.G.B. con Dº. Maria Luisa Sánchez Robledo, el Corral, el Cea,... En fin, vamos para mayores.
Un saludo.

Alfredo dijo...

Soy (un poco) más viejo que tu, enrique fidel, así que pertenezco a la última "quinta" antes de la EGB y el BUP. De hecho, estudié en el Ramiro los cursos de bachillerato superior y COU entre los años 72 y 75. Mis profes de referencia eran otros: Torrent, Calero, el Topo (Sr. Navarrete), el famosísimo Padre Mindán (el Cuervo)...
Y si, el paso por el Ramiro me marcó bastante, pero creo que en positivo.

Paco Acosta dijo...

Hola:
Soy Paco Acosta y fui al Ramiro entre 1952 y 1964.
Estoy recopilando fotografías en las que aparezcan profesores del Ramiro, con el ánimo de publicarlas todas juntas en el Blog de la Promoción 64 http://ramiro53-64.blogspot.com.es y queden a disposición de todos los que fuimos al Ramiro y conservamos buenos recuerdos de entonces. Allí tenemos ya muchas cosas relacionadas con el Ramiro y sus profesores.

¿Tenéis alguna foto en la que aparezca algún profesor?

Podéis enviarla a facostamar@gmail.com

Saludos
Paco Acosta Martínez


Disculpad esta "intromisión" en una entrada que no trata directamente el tema... Borradla si no la creéis oportuna.