I.- En mi ventanilla bancaria. Doña Elvirita, adorable anciana, sola en el mundo, forrada de pasta y más perdida (de la cabeza) que un pulpo en un garaje, viene a cobrar su pensión. “Ay, hijo, la que está montando Zapatero... no sé a dónde vamos a llegar... nos van a dejar en la ruina!!!... es una persecución!!!... menos mal que allí fuimos todos... los del Foro... toda la Gran Vía!!!
II.- En un lugar de La Mancha cuyo nombre no viene aquí a cuento. Cena familiar en la solariega casa de mis suegros. Sale a relucir el accidente del avión de Spanair. “Es un atentado... Sé de buena fuente que el técnico de mantenimiento que revisó la avería es vasco”. Alfonso hace notar a su padre que acaba de meter la pata porque mi padre también era vasco y no por ello terrorista. Yo pregunto, muy discreto, por el origen de esa información: “Me lo ha dicho el carnicero de Villacencerros, que lo ha leído en Libertad Digital...”
II.- En un lugar de La Mancha cuyo nombre no viene aquí a cuento. Cena familiar en la solariega casa de mis suegros. Sale a relucir el accidente del avión de Spanair. “Es un atentado... Sé de buena fuente que el técnico de mantenimiento que revisó la avería es vasco”. Alfonso hace notar a su padre que acaba de meter la pata porque mi padre también era vasco y no por ello terrorista. Yo pregunto, muy discreto, por el origen de esa información: “Me lo ha dicho el carnicero de Villacencerros, que lo ha leído en Libertad Digital...”
3 comentarios:
:-S
Las penitas que te hasen de pasá...
no lograremos salir del asombro!
así se va escribiendo la historia...
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