Sábado 16 de junio. Desayuno ligero y sesión de talasoterapia en el moderno super spa del hotel. El agua con burbujas sale a presión justo sobre ese punto de mi espalda!! Nunca antes había gozado tanto. Luego salimos en coche hacia nuestro siguiente destino: La turística ciudad de Eilat, en la costa del Mar Rojo. Son en realidad tres ciudades separadas por absurdas fronteras: Taba en Egipto, al sur, Aqaba en Jordania, más al norte, y Eilat en medio, aprovechando los escasos kilómetros de soberanía israelí sobre la costa.
La carretera atraviesa diferentes tipos de desierto: Con o sin rocas, blanco o rojizo. Escaso tráfico. A medio camino, paramos en el parque Timna, un conjunto de atracciones turísticas en torno a los restos de lo que fueron minas de cobre explotadas por los egipcios en la época de los faraones. Impresionantes paisajes marcianos y alguna ruina egipcia de menos valor.
A media tarde llegamos a Eilat. Sorprende encontrar un pequeño aeropuerto en el centro de la ciudad, centro turístico a medio camino entre Torrejón de Ardoz y Dubai. Urbanismo desordenado al mejor servicio de las cadenas hoteleras. Nuestro hotel es un poco cutre, un poco anticuado, un poco lejos de la playa. Pero sirve. Dejamos las cosas y salimos a pasear.
Aquí el descanso sabatino no se respeta mucho. Abundante turismo ruso, aunque es difícil diferenciar entre turistas llegados del extranjero e inmigrantes con residencia en Tel Aviv o Jerusalén. Tras un gran centro comercial, la playa y lo que podría ser un paseo marítimo si no fuera por el agobiante mercadillo que impide la visión del mar. Más allá de la ría que atraviesa el centro, la cosa mejora un poco porque los hoteles son de los caros. Y a medida que nos acercamos a la frontera con Jordania, los edificios son más modernos y ostentosos, de inspiración Mil y Una Noches con un toque Miami. Tiendas de marca y restaurantes monos. Cenamos en uno de cocina oriental, un wok cualquiera.
8 comentarios:
¿Peligro camellos? ¿sueltos? ¿guíados por alguien? ¿de transporte?... hay que ver que diverso es este planeta.
"Nunca antes había gozado tanto" te van a cerrar el blog por comentarios subidos de tono como estos... cualquier juececillo te pone un fiscal a la de ya a darte caña... :P
te iba apreguntar si estas ya de vacaciones...
Cuando ponen la señal es que los hay, Argo. No sé si sueltos o arrejuntaos.
Diverso es la palabra justa...
¿Fiscales? Lo que yo me temo es que van a aumentar las entradas de gente que busque cosas feas en Google, Jm. Después de lo de junio me quedan otras dos semanas de vacaciones, pero no creo que pueda disponer de ellas hasta finales de octubre. En el curro estamos en cuadro, con una nueva baja por depresión (y van 4 en tres años).
así necesitas tú estos viajes, seguro que tú no vas a ser el depresino nº 5, ...y además con talasoterapia y todo, ...ni estrés.
un abrazo.
Lo malo es que no todos los días puede uno darse una sesión de burbujas marinas, Senses. Los viajes sirven como desahogo, pero mi vida cotidiana es bastante coñazo.
Pues seguro que hasta octubre podrás seguir reviviendo desde aquí este viaje. Impresionante la cantidad de detalles que te traes de cada sitio!
como siempre, me sigo maravillando con la estética arabe-oriental... con ese decadentismo post-ultra-pseudo moderno que tienen en todos estos países... La costa este española tiene algún que otro ramalazo también...
En fin, más allá de tonterías me aprece muy interesante este viaje... ya nos contarás qué te llevó a hacerlo. Y cuántos días!!!! A priori parece un país tan chiquitín...
BEsos
pues si, Manuel, al paso que voy nos dan las navidades y yo sigo contando lo de junio. Vago que es uno.
Los motivos de un viaje u otro nunca están claros, Vulcano, son circunstancias: Un libro que has leído, una música escuchada, un billete de avión barato...
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