(A principios de julio disfruto de unos días de permiso en Madrid. Al regresar, me han nombrado cabo y se me complica la vida con un montón de servicios absurdos.)
21/07/1982 – Aquí estoy otra vez, hecho polvo y nunca mejor dicho: Mi primer servicio ha sido de cabo-policía (muy relacionado con el polvo y toda clase de basuras). Ayer no pude dormir en toda la noche. Al principio no tenía sueño. Después la gente empezó a gritar por no sé qué. Cuando finalmente me dormí, despertaron al cuarto imaginaria, que dormía en la parte inferior de mi litera. Y ya me desvelé hasta diana.
02/08/1982 – Creo que voy a escribir un libro de memorias, "Mi tropa y yo – Recuerdos de un Cabo Cuartel". Analizaré las interesantes relaciones de producción y explotación que enlazan al cabo cuarte, al suboficial de semana, al cuartelero y a la tropa en general. Estoy en conversaciones con Ingmar Bergman, que quiere hacer una versión cinematográfica para el Svenska Filminstitut. ¿Existe Dios o sólo hay un Coronel , Allá Arriba?
05/08/1982 – Ahora nos dedicamos a cantar, después de la siesta, el himno de la Caballería. Rima en –erte y en –aña, como la poesía que pensaba componer. Yo lo subtitulo "La Brigada del Vicio", más que nada por la estrofa: ...Tu deber y tu honor te lleva al sacrificio / Acepta con orgullo este servicio... que yo he transformado en: ...Tu deber y tu honor te llevan al suplicio / Acepta con orgullo tanto vicio... El caso es que ahora los viernes, antes de paseo tendremos que desfilar y cantar el himno. (...) En exclusiva, un documento extraordinario: Se trata de una instantánea del Apostol Santiago sobrevolando las instalaciones de nuestro cuartel.
22/08/1982 – Antes de ayer se licenciaron los del quinto llamamiento. Desde entonces ésto está mucho más tranquilo. No sé la razón, pero eran pura canalla. Me aburro dentro del cuartel, pero ahora también fuera. Cada vez me siento más torpe y paralizado. Son muchos meses ya a cuestas. He llegado a la conclusión de que esto de la mili es como "Dallas", con su JR, su Jock Ewing, etc... Mis amigos me recuerdan alternativamente a Bobby y a Sue Ellen: Están tontos o histéricos.
28/08/1982 – Mi aflicción no tiene consuelo posible. Más aún después de una guardia agotadora que trajo el corolario de una semanita de arresto. La cosa fue como sigue: Hallábame de mañanita en la puerta del cuartel mientras el otro cabo hacía el relevo. Una de mis obligaciones consistía en avisar al teniente de guardia si veía llegar a un Jefe, para que el teniente saliera y le dijera "hola". Bien, sucedió entonces lo inesperado: Acercóse un caballero alto, de pelo cano, con uniforme y una estrellita en su gorra. Un comandante. El niño que yo había puesto en la barrera para que me avisase de estos casos se quedó petrificado. Yo pensé que era un subteniente (también llevan una estrella, sólo que de cinco puntas). Cuando pude contarle las puntas a la estrella ya se había colado sin saludo oficial. Lo que vino a continuación es ocioso contarlo.
30/08/1982 – Hoy se ha muerto el Chanquete. ¡¡Dios es misericordioso!! – El sábado estuve en el Van Dyck viendo "Dersu Uzala". Va de unos rusos que hacen la mili en Mongolia y el capitán se hace amigo de un mongol que se dedica a cazar martas cibelinas. No sé más porque me quedé dormido.
31/08/1982 – Hoy me he comido, aparte del desayuno con churros, un bocata de atún, otro de tortilla de chorizo, miles de galletas con quesito dentro, media pastilla de chocolate... Sufro, pero todos son muy amables conmigo y me traen El País por la noche.
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