01/05/1982 – Hasta ayer por la noche no volvimos de las maniobras. Como aquello era el campo con toda su crudeza, no ha habido forma de comunicarme con el resto del mundo. He descargado muchos camiones de víveres y me he puesto muy moreno. Estoy entre Tarzán y el niño salvaje...
Lo peor es que mañana nos vamos otra vez al campo, a guardar unos depósitos de Campsa en las afueras, y hoy, fiesta internacional del trabajo y todo eso, hemos estado cargando camiones para la excursión.
03/05/1982 – Pues aquí estoy, a dos kms. de Salamanca, vigilando unos depósitos de Campsa y una central eléctrica. Hacemos guardias enormes, larguísimas, gigantescas. Duermo poco, como mal y el poco tiempo que teóricamente nos está reservado para el descanso me es arrebatado con las excusas más necias. Ayer, en el periodo de descanso nos pusieron a hacer gimnasia!!! Hace un tiempo horrible, calor durante el día y un frío espantoso por la noche. En fin, me muero de asco y de neurosis. Por no dejarnos, ya no nos dejan ni ducharnos...
10/05/1982 – Mi vida transcurre en la nada más absoluta. Ahora hemos cambiado de horarios y puestos: desde esta mañana me toca hacer tres horas de descanso y una de patrulla a lo largo de la vía del tren. Creo que con este plan podré dormir dos noches si y una no, que no está mal. El sábado y el domingo me harté de escuchar la FM y estoy al tanto de todo lo que en el mundo ocurre, aunque no pueda verlo. ¡Lo de las Malvinas resulta tan divertido!
14/05/1982 – Se dice que no nos vamos el domingo sino el miércoles. Se afirma que después de la presente movidita nos espera alguna otra. Se sabe que no más salgamos de aquí nos pondremos a hacer guardias en Tejares (polvorín situado en las afueras de Salamanca, guardado por un exiguo destacamento de artillería, unos pocos soldados de quienes se rumoreaba que practicaban sexo con sus cabras), y que será raro que nos den un permiso hasta principios de junio. En fin, todo depende del Mundial...
No patrullo gran cosa, me tumbo en la hierba, escucho la FM, hago crucigramas, hablo con mi compa, torturo hormiguitas... Por la tarde procuro ir a ducharme, me tomo un bocadillo, bebo cocacola. De vez en cuando pasa un tren: la gente nos saluda y nosotros agitamos nuestras gorras.
18/05/1982 – Hoy hemos vuelto al cuartel, después de tantos días de campo y playa. Y como recompensa, nos conceden el privilegio de hacer mañana guardia. Con ésto de la colaboración antiterrorista, no queda apenas gente en el cuartel y la vida es una tómbola donde siempre te toca un premio.
Cada dos por tres pasa un teniente al borde del colapso nervioso y empieza a chillar como un poseso. A eso se debe que esta carta esté escrita a trompicones.
Tuvimos terrible tormenta hace unos días, con bello despliegue de luz y sonido. ¿No será una señal del Cielo? Mira como al mismo Papa casi le apuñalan el día de Fátima... Mientras estábamos de camping, alguien encontró un muñeco roto; lo pusieron en un hueco de la tierra, cerca del cuerpo de guardia. Seguidamente empezaron a ponerle flores, adornos y chirimbolos. Un día apareció llorando lágrimas de sangre. Ahora se organizan romerías para verlo y todo el mundo lo llama "la virgen del Cuerpo de Guardia", MariCuerpo para los amigos...
21/05/1982 – Na’más llegar al cuartel, el sargento Gómez –un individuo extraño, tímido, retrógrado, blando- me preguntó si yo sabía hacer derivadas. Le dije que si y me dio un carpetón con ochenta problemas muy básicos, a nivel de BUP. Esto me está librando de limpiar cetmes o de montar tiendas...
Los mundiales tienen mucho que ver con mis permisos: resulta que mientras duren, el ejército sustituye a la policía y a la guardia civil en la vigilancia de ciertos sitios...
Lo de las Malvinas: Pues ya ves, a estas alturas, la posible conflagración es ya un hecho. Pero bueno, aun cuando uno sea pacifista y vea muy ridículo todo este asunto, no es algo que nos concierna y paso muy mucho. Mamá puede estar segura de que allí no nos llevan. A Campsa, quizás, a Vitigudino puede ser, pero ¡al hemisferio Sur!
25/05/1982 – Pues resulta que ayer tarde no salí de paseo. A las 17:45 me vestí. A las 18:00 me afeité. A las 18:15 bajé a formación para la cosa de la revista, el music hall. Y a las 18:20 estaba de nuevo en la compañía. Sucedió que de vez en cuando les entra la furia anti-capilar. Yo llevaba el pelo supercorto, pero reulta tan fácil decir: "Eh, tú, el alto!!"...
Hoy tampoco podré salir porque me ha tocado estar de cuartelero. La cosa consiste en figurar de portero a la entrada de la compañía y vocear cada vez que entra un mando, por ejemplo: llega el teniente y aparece por la puerta. Entonces yo digo con voz alta y clara: ¡¡¡Compañía, el teniente!!! Y todo el mundo se pone firmes y el teniente dice, adelante, adelante, muchachos...
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