Vuelvo al curso de 1974-75 en el Ramiro. Tenemos en la clase un panel de corcho donde clavamos fotos, avisos, etc... Y un poster a todo color de Lucecita, heroína de una radio-foto-novela de la época, enseñando cacha. Y otro de Pippi Langstrumpf. En mayo, decidimos celebrar el mes de la Virgen y salimos en procesión por los pasillos con el poster de Pippi, cantando el Ave María de Fátima. Un profesor de los más rancios nos descubre y, deteniéndonos, pregunta: ¿Pero esto, lo hacen ustedes por devoción? Contestamos que si. Y se lo cree, o así lo parece. Volvemos a clase cantando en sueco: "Aisen Aisenkin kibidibidi kosaiguenaisen..."
Recibimos la visita estelar del grupo multiétnico Viva la Gente, que actuará en el salón de Actos. Para los ensayos necesitan público y allí estamos todos, unos trescientos energúmenos, gritando y dando palmas. Alguien grita: "¡¡Mueran los yanquis!!" . Y aquello se convierte en una manifestación antiamericana. Los multiétnicos se retiran y somos expulsados al exterior, a la plazuela frente a la entrada principal del Instituto, que preside una estatua ecuestre del Caudillo. Aparecen varios botes de pintura roja, que van a parar a la cabeza del Invicto. Se disuelve la concentración antes de que aparezcan los grises.
Viaje de Fin de COU a Zaragoza, Barcelona y Mallorca. En Zaragoza, después de la visita cultural los del internado se escapan al Tubo a buscar putas. Descubro Barcelona. Una noche en las Ramblas alquilamos sillas a diez céntimos (céntimos de peseta) y nos sentamos a ver pasar la gente, a la altura del Liceo. Es como una película de Fellini: Travestones vestidos de faralaes, fulanas, una manifestación de obreros siderúrgicos, una procesión de la Virgen de Fátima, dos hombres jóvenes, cogidos de la mano, que se besan delante de todo el mundo. Gente de mil colores que contrasta con el Madrid de entonces, gris, pardo, uniforme. Volveré muchas veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario